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martes, 27 de septiembre de 2011

Inmersión lingüística y sistema educativo

‘No hay un solo país del mundo en el que el aprendizaje de una L2 se realice como en Cataluña, inmersión de forma precoz, total y obligatoria. La conclusión es que a la comunidad castellanohablante en Cataluña, nada menos que el 55% de la población, se la trata como si fuese un grupo lingüístico inmigrante (marroquí, subsahariano, rumano, chino, etc.) que ha de adaptarse a otra lengua, el catalán. Aunque son ciudadanos españoles, su lengua es tan oficial como la catalana en Cataluña y pagan los mismos impuestos sin gozar de los mismos derechos: la utilización de su lengua -el castellano- como lengua vehicular en la escuela’.

Carmen Leal

Estos últimos días se oye en boca de nuestros políticos el concepto de inmersión lingüística aludiendo al sistema de educación único que se utiliza en Cataluña y que afecta a centros educativos públicos y concertados. Pues bien, la inmersión lingüística es solo, y exclusivamente, un método específico de conocimiento de una segunda lengua (L2). Es un procedimiento muy empleado en todo el mundo que consiste en introducir al niño o adolescente en esa segunda lengua que desconoce e impartir los conocimientos a través de esa lengua. Cambio de lengua hogar/escuela. Ni es la única forma de aprendizaje de una segunda lengua (L2), ni es el mejor método para todos los niños en todas las circunstancias.

El método nació ligado a la pólitica. En Quebec en 1976 subió al poder el Partido Quebequés que tenía como prioridad reivindicar la cultura y lengua francesas en la región canadiense. En ese ambiente de reivindicación política y cultural hay que encuadrar los estudios sobre bilingüismo de Lambert que fue el primero que lo utilizo en Montreal. Inmersionó a niños anglófonos en francés y dio muy buenos resultados, aprendieron francés y su nivel de razonamiento lógico y verbal aumentó. Su método fue imitado en EEUU con los chicanos y fue un fracaso.

Las comunidades lingüísticas con lenguas minoritarias en Europa como Cataluña protestaron, ya que sus hijos estaban inmersionados en la lengua del Estado, en este caso en español, y por ello el razonamiento lógico y verbal de los niños catalanohablantes inmersionados en español no era mayor. Lambert fue muy receptivo a estas acusaciones y propuso unas condiciones sociológicas para que el método fuese exitoso. Dependía de que el conocimiento de la L2 fuese ‘aditivo’ o ‘sustractivo’, que daba lugar a un método de ‘enriquecimiento lingüístico y cultural’, el primero, y el segundo pretendía una ‘sustitución lingüística’ de una lengua por otra.

El caso del bilingüismo ‘aditivo’ ocurre cuando los niños incorporan una nueva lengua sin que la suya resulte perjudicada, entonces la actitud ante esa nueva lengua y cultura resulta positiva y los aprendizajes de ambas se refuerzan mutuamente; o bien porque ambas lenguas tienen la misma presencia en la escuela o en los programas de inmersión en los que un alumnado perteneciente a un grupo etnolingüístico de alto prestigio participa en ellos de una manera voluntaria -caso de los anglófonos en Canadá-. El bilingüismo ‘sustractivo’ se da en grupos etnolingüísticos de bajo prestigio (castellanohablantes en Cataluña a los que se les denomina inmigrantes) en los que la adquisición de una segunda lengua va
acompañada de una trasmisión de valores superiores hacia esa nueva lengua y cultura (la nació catalana, su cultura, su historia) y a la vez se denigra sus propios valores socioculturales (rechazo social e institucional de todo lo español: lengua, toros, costumbres, historia, etc.). En estas condiciones, la adquisición de la segunda lengua tiene lugar en detrimento de la lengua materna provocando su sustitución por la de mayor prestigio y generando sentimientos de ambigüedad e inseguridades que coartan el desarrollo adecuado de las lenguas y los progresos cognitivos del niño, como el caso de las minorías étnicas en EEUU, y de castellanohablantes en Cataluña.

El método de inmersión lingüística en catalán solo para los niños castellanohablantes e inmigrantes como única forma de escolarización y aprendizaje de la lengua catalana entra dentro del bilingüismo ‘sustractivo’. No hay ningún prestigio del español ya que está ausente de las funciones altas de la sociedad: Parlamento autonómico, Administración pública, escuela… El grueso de la población castellanohablante en Cataluña no es la más culta ni la más adinerada. Los métodos pedagógicos dejan mucho que desear a tenor de los resultados PISA y no existe voluntariedad porque no hay capacidad de elección. El método de inmersión se ha convertido en el único sistema educativo posible si la familia no tiene una economía altamente saneada.

El resultado es que los niños castellanohablantes inmersionados en catalán tienen un fracaso escolar el doble de los catalanohablantes. Lo curioso es que el aprendizaje de la lengua catalana para los castellanohablantes se realiza exclusivamente por método de inmersión, pero el aprendizaje de la lengua española para los catalanohablantes no se realiza por inmersión en castellano en las situaciones de entorno social y familiar exclusivo en catalán. En el sistema educativo actual en Cataluña de inmersión forzosa tampoco tiene en cuenta las investigaciones de Cummins, y sus hipótesis.

Cummins, desde 1978, analiza la propia estructura del aprendizaje lingüístico. Sostiene que el niño debe haber llegado a un conocimiento determinado de su propia lengua para introducir la otra L2 con éxito y sin daño cognitivo para el niño, de tal manera que la lectoescritura se inicie en la lengua propia del niño, y no en la del territorio siempre que eso sea posible. Por ejemplo: que la lengua del niño no sea solamente oral como muchas lenguas africanas. Ningún niño castellanohablante tienen las habilidades lingüísticas desarrolladas a los 3 años en el que inicia su exposición total en la escuela a esa segunda lengua que desconoce. La inmersión no solo es obligatoria sino que también es precoz, desde que el niño pisa la escuela maternal a los 3 años y aun antes en las guarderías.

Posteriores trabajos de Taukaoma y Skutnabb-Kangas (1977 ) se añadieron a los trabajos de Cummins. Hay un primer umbral de competencia lingüística que es necesario haber adquirido para que la transferencia entre las dos lenguas ocurra sin daño cognitivo para el niño y que este se pueda comunicar en las dos lenguas a un cierto nivel básico: Basic Interpersonal Comunicative Skills (BICS), que representa una capacidad básica de comunicación interpersonal. Para este conocimiento se necesita el aprendizaje de elementos como la pronunciación, el vocabulario y una mínima gramática que permita la expresión y comprensión con un soporte contextual.

Pero se necesita un segundo umbral o nivel de otro orden: el cognitivo-conceptual y académico llamado Cognitive Academic Language Proficency (CALP), que está basado en aspectos cognitivos, lingüísticos y metalingüísticos en un lenguaje descontextualizado y que son necesarios para procesar una información abstracta y descontextualizada. Este segundo nivel es imprescindible para las habilidades académicas y explica muy bien el fracaso académico de muchos niños castellanohablantes que reciben toda la enseñanza en catalán. Pensemos en un niño castellanohablante que le presentan un problema sencillo en la clase de matemáticas en catalán y no ha adquirido el segundo umbral lingúístico.

No hay un solo país del mundo en el que el aprendizaje de una L2 se realice como en Cataluña, inmersión de forma precoz, total y obligatoria. La conclusión es que a la comunidad castellanohablante en Cataluña, nada menos que el 55% de la población, se la trata como si fuese un grupo lingüístico inmigrante (marroquí, subsahariano, rumano, chino, etc.) que ha de adaptarse a otra lengua, el catalán. Aunque son ciudadanos españoles, su lengua es tan oficial como la catalana en Cataluña y pagan los mismos impuestos sin gozar de los mismos derechos: la utilización de su lengua -el castellano- como lengua vehicular en la escuela.

Hace muchos años que la educación en Cataluña se ha utilizado como herramienta para la consecución de la nació catalana, esa Cataluña virtual que preconizan nuestros gobernantes: “Una lengua, un país, una nación, un Estado”. No hay más que ver los textos escolares: la hiper valoración de aspectos culturales catalanes, himnos, banderas, gastronomía, música, junto con la ínfima presencia en las escuelas de la materia de Lengua Española y la nula presencia como lengua de aprendizaje. Por medio de una sustitución lingüística y de la ideologización nacionalista desde la escuela, Cataluña va camino de ser un ente distinto y distante de España.

Nunca ningún tribunal avaló la inmersión lingüística (lo han recordado Francesc de Carreras y Antonio Robles) y tampoco la UNESCO. Lo que se propicio fue la conjunción lingüística. Y la palabra conjunción supone el concepto de igualdad y equilibrio entre una y otra lengua. Distintas asociaciones civiles impugnaron desde 1983 decretos y reglamentos. Obtuvieron la callada por respuesta. Ahora los tribunales les dan la razón, la escolarización solo en catalán es inconstitucional. Pero con el recurso presentado por la Generalidad que deja en suspensión el auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que obliga a utilizar el español como lengua vehicular, ¿hasta cuando tendremos inmersión? El fracaso escolar de los niños castellanohablantes pobres esta garantizado.

Aún hay más, la política lingüística de Cataluña ha sido imitada por otras CCAA, como País Vasco, Galicia, Comunidad Valenciana y Baleares que gozan de otra lengua oficial ademas del castellano, única oficial y común en toda España, de tal manera que se van repitiendo de forma escalonada los problemas lingúísticos, educativos, legales y sociales. La inmersión lingúística se ha convertido en un problema de Estado.

Carmen Leal es profesora de Lengua y Literatura españolas


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