Fuente: ABC
Albert Rivera afronta su segunda campaña con las facilidades que da tener representación parlamentaria y la confianza en que por lo menos repetirá resultado
—Las encuestas dicen que podrían duplicar representación.
—El último periodo de sesiones ha sido muy bueno para nosotros. La coherencia del mensaje y el hecho de llegar a las elecciones como una voz más libre de ataduras nos da un crecimiento que incluso nos sorprende.
—Se les recrimina ser un partido unidireccional, que habla solo de la lengua.
—Y a CiU habría que decirle que solo habla de la nación, ERC de la independencia e ICV de ecología. Cada partido tiene sus tics, pero hemos presentado un programa electoral completo. Aún así, no renegamos de ello, nos parece fundamental que en la próxima legislatura se mantenga el «efecto ciudadanos». Nuestra aspiración es que se entienda que en Cataluña hay bilingüísmo en la calle y en las instituciones, como reconoció el Papa. Estoy convencido de que acabaremos la legislatura con tres grupos utilizando el castellano en el Parlament, como mínimo simbólicamente. El PP se verá obligado si no quiere perder parte de su electorado, y también el PSC deberá replantearse sus políticas respecto a la lengua en la escuela, en las instituciones o las multas lingüísticas.
—¿Sin ERC en la Generalitat, C's ha bría tenido el éxito que tiene?
—Si el PSC no hubiera hecho un pacto tripartito al servicio del independentismo quizá nosotros no habríamos nacido. Y si el PP no tuviera la tentación de mimetizar ese pacto con CiU, tampoco. Reconozco que Ciudadanos nace porque los partidos nacionales en Cataluña, por pactos en La Moncloa, necesitan gobernar con ERC o con CiU y eso hace que parte del electorado gire hacia nosotros.
—¿Cómo valora la renuncia que hace ahora el PSC a las multas lingüísticas?
—Lo valoro como un tanto de C's, pero le doy la credibilidad que tiene. El 24 de julio Montilla aprobó una ley que incrementaba las multas en un millón de euros. Que tres meses después diga lo contrario me parece una falta de respeto al ciudadano. El PSC ha perdido toda credibilidad, nadie se ha creído tampoco la renuncia al tripartito.
—¿Las últimas iniciativas del PP contra regulaciones lingüísticas impiden un pacto con CiU?
—Estoy convencido de que el pacto PP-CiU tras las elecciones está hecho. Y se alargará probablemente al Ayuntamiento de Barcelona si gana CiU y, sobre todo, viene marcado por La Moncloa. Desde Génova hay instrucciones de menos enfrentamiento, lo que pasa es que nuestra presencia ha hecho que el PP tenga que venir a cubrir este espacio.
—¿Se puede repetir el caso Vidal-Quadras?
—Creo que Sánchez-Camacho es una persona de confianza de Rajoy y la pone porque sabe que va a ser leal. Vidal-Quadras representaba a los votantes del PP en Cataluña versus los intereses de Génova.
—CiU también estará condicionada, en este caso por Laporta.
—CiU estará condicionada por ERC básicamente, porque buscará pactar con ellos los temas nacionalistas. Convergència intentará pactar con el PP sin hacerlo público, pactarán la investidura, los presupuestos. Y ahí es donde jugaremos un papel fundamental como garante para que los partidos nacionales entiendan que sus votantes no quieren ser moneda de cambio por la Moncloa. El entregar los votos de Cataluña a cambio de hacer presidente a González, Aznar o Zapatero se acabó con C's.
—Se ha convertido en uno de los defensores de los toros en Cataluña ¿Qué vías legales quedan para dar marcha atrás en la prohibición?
—Si C's tiene grupo parlamentario propondrá modificar la ley. Hay moratoria hasta 2012, y hasta entonces hay oportunidad de presentar la modificación. No hay garantías de aprobarlo, pero esa ley se prohibió a tres meses de las elecciones y eso condicionó el voto en CiU y el PSC.
—¿Por qué no ha sido posible el pacto con Rosa Díez?
—Porque UPyD no ha querido.
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