EL PAÍS - Barcelona
El candidato de Convergència i Unió (CiU) a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, admitió ayer que las promesas de bajada generalizada de impuestos que hace el Partido Popular, y en algunos momentos su propio partido, no podrán cumplirse en el futuro. Ante un nutrido grupo de empresarios reunidos en el Círculo Ecuestre de Barcelona, Mas aseguró ayer que no se desdice de su promesa de bajar algunos de los impuestos que ha subido el actual Gobierno y eliminar la tasa sobre las sucesiones que grava las rentas más altas. Pero inmediatamente después añadió que en el futuro, una vez que la crisis actual haya pasado a la historia, "será inevitable subir algún impuesto".
Mas explicó que para poner en orden la economía catalana será necesario tomar medidas en tres direcciones: un mayor ahorro y austeridad en la Administración, fomento del crecimiento económico y apuesta por un pacto fiscal que otorgue a Cataluña un modelo similar al concierto económico. Con ello, en un foro generalmente afín al Partido Popular, Mas quiso desmarcarse de su rival Alicia Sánchez-Camacho. Esquerra Republicana, por cierto, pidió ayer a CiU que firme ante notario que no pactará con el PP mientras este mantenga tesis "xenófobas".
Por otra parte, Jordi Pujol Ferrussola, el hijo mayor del ex presidente de la Generalitat, se coló ayer en la precampaña electoral denunciando, mediante una carta a lavanguardia.es, que los Mossos d'Esquadra le multaron el pasado día 3 por llevar en la matrícula del coche un adhesivo con las siglas CAT. Los Mossos, de acuerdo con la ley, le multaron por "incumplir la obligación de todo conductor de verificar que las placas de matrícula del vehículo no presentan obstáculos que impidan o dificulten su lectura e identificación".
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