Todas las administraciones, están que se suben por las paredes, todas quieren recortar el gasto pero no saben cómo . Sin embargo en un lugar de España cuyo nombre es Cataluña les preocupa más ser el centro de las miradas y… ¿qué mejor manera que obligar a que el 50% de las películas emitidas en cine se haga en catalán?
La cuestión es aberrante de por sí, pero lo mejor es el coste del caprichito, la nada despreciable suma de 10 millones de euros anuales. Al coste este hemos de sumarle las importantes pérdidas que supondrá para el sector, ya que provocará el cierre de empresas y la destrucción de puestos de trabajo. Además esta ley llega en un momento en el que la industria cinematográfica está de capa caída debido a la piratería.
Una vez más queda patente que la prepotencia y la arrogancia de algunos de los que quieren imponer el catalán, no tiene límites. Encima, la hacen llamar Ley del cine, cuando es una Ley de política lingüística tan absurda como la de multar a comerciantes por rotular solo en castellano o la de forzar a impartir las clases en catalán.
España está cansada del catalanismo recalcitrante ,detened este show.
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