La gran mayoría de la
ciudadanía lo que esperamos de nuestros políticos, aquellos en los que depositamos nuestra
confianza cada cuatro años, es que cumplan sus compromisos por lo que nos lleva y nos encamina a elegir una
papeleta u otra. Es natural que muchos se sienten engañados y confundidos.
La gran mayoría no les interesa color político
alguno, ni los falsos mitos de derechas e izquierdas, -son conceptos anclados
en el siglo pasado-, lo que queremos son soluciones a nuestro ejercicio del día
a día, sin más.
Ese ha sido su compromiso,
por ello también cobran, -sin entrar a valorar el ratio efectiva, privilegios-.
Y hay que saber encajar la crítica, siempre sobre la ideas pero jamás contra
las personas. Es nuestro derecho y debe aportar, criticar y denunciar por
aquello que han prometido que harían por nosotros.
El problema es que cada día
más son más los que están desengañados, cansados, decepcionados, no sabe dónde
ir a llevar su lamento.
Y lo peor de todo es que nos
estamos haciendo inmunes a tanto desastre.
Siempre creí que esto de la Democracia era como una
gran comunidad de vecinos, dónde todo el mundo tiene el derecho y la obligación
de participar durante un tiempo, por sus cualidades y formación. Al menos así
me lo explicaron a mí.
Esta es la democracia que
los partidos durante más de treinta años, nos han hecho creer, votar una lista
que ellos mismos imponen nos es una partitocracia, eso no es democracia, yo lo
creo así. Esto no debería ser una Democracia en que las personas se perpetúen
de por vida y además con privilegios, a mi no me lo explicaron así. El que no
se enfrenta es cómplice por omisión.
No. Te lo explicaron bien, el artº 1.2 de la Constitución dice: LA SOBERANÍA NACIONAL RESIDE EN EL PUEBLO ESPAÑOL, DEL QUE EMANAN LOS PODERES DEL ESTADO.
ResponderEliminarEsa era la buena intención, pero ha sido desnaturalizada en el posterior desarrollo legislativo de la Constitución, tanto en las disposiciones sobre materia electoral como las que desarrollan la (pretendida) representación ciudadana a través de los partidos políticos. Así, fue muy acertado el grito ciudadano de ¡NO NOS REPRESENTAN! y continuará siéndolo mientras no existan LISTAS ABIERTAS, mientras sean los partidos políticos los que establezcan la lista de elegibles, mientras los parlamentarios estén sometidos a la DISCIPLINA DE VOTO, mientras cualquier parlamentario que exprese cualquier opinión divergente a la del partido de su militancia sea vilmente castigado y vilipendiado, aunque tal opinión se identificara con el sentir ciudadano general. Los parlamentarios son representantes de los partidos políticos que los han incluido en su lista de elegibles. El voto ha perdido su carácter de expresión de la soberanía popular y ha quedado reducido a un instrumento meramente de cómputo, para determinar cuantos de los elegibles incluidos en cada lista cerrada de un partido podrán aspirar a representar a su correspondiente partido político en las Cortes.